Los primeros zapatos eran a menudo simples "bolsas de pie" de cuero en forma de vendajes para proteger los pies de la abrasión de las piedras, los escombros, el agua y el frío. La historia del zapato es tan antigua como la historia del hombre moderno, se asocia al dominio de la curtiembre de cueros, el calzado se comenzó a usar en el periodo paleolítico o quizás cuando terminaba la última glaciación conocida, se estima entre 12.000 a 15.000 años AC.
A la vez, en la Edad Media el zapato se elaboraba con colgajos o telas
alternadas para proteger la
piel y reforzar el pie para un mejor ajuste, eran muy poco funcionales.
En Europa, el zapato se convirtió en símbolo de estatus social de nobles y ricos pero llegó a tener proporciones ridículas lo que
obligó a su simplificación y creación de nuevos estilos hasta llegar al zapato moderno
macizo y cosido.
Desde el siglo XVII, la mayoría de los zapatos de
cuero se han caracterizado por un cosido único.
Las pieles se curtían con alumbre y eran muy costosas, con
grasa de cerdo o con aceite les daban flexibilidad. Usaban extractos derivados
de vegetales, coníferas, raíces y frutas de acacia y corteza de roble, para
mediante el tanino, poder teñirlas.
En Grecia las mujeres usaban una especie de zapatilla que
cubría solo los dedos y la parte anterior del pie, las sandalias griegas
correspondían a la solea romana, que usaban los hombres y mujeres en sus
hogares como los calceus, que cubrían todo el pie.
Las mujeres griegas de la clase alta adoptaron un calzado de
cuero ajustado al pie, y los colores de moda eran el blanco y el rojo.
Los avances en la industria del caucho, del
plástico, de las telas sintéticas y de los adhesivos industriales han permitido
a los fabricantes crear zapatos que se distinguen considerablemente de las
técnicas tradicionales de elaboración. Por lo tanto, el cuero, que había sido el
principal material de elaboración hoy se usa generalmente para elaborar zapatos
finos.
A partir del siglo XX, los zapatos evolucionaron rápida y
vertiginosamente.
En el siglo XXI, el concepto de ergonomía
revolucionó aún más el desarrollo de zapatos altamente tecnificados como es el
caso de las zapatillas deportivas, el zapato formal y el zapato ligero para
climas cálidos.
Los cambios estilísticos tanto en el hombre como
en la mujer hicieron que las modas y los diseños se adaptasen a los diferentes
momentos históricos y de pensamiento de ese siglo.
Empezaron a aparecer diseñadores especializados en el diseño de calzado que mantienen con renombre sus marcas y firmas.
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